No es fácil manejar ciertas conductas inapropiadas o de tipo agresivo que poco a poco van dejando ver nuestros pequeños en su diario vivir. Tal es el caso de los niños que muerden a los demás, pues lo que en ocasiones inicia como un simple y entretenido juego logra convertirse en un hábito que interfiere totalmente con las relaciones sociales de los pequeños y que termina generalmente en rechazo y constantes conflictos.
El papel de los padres en estos casos es indudablemente el de corregir a tiempo para evitarse malos ratos en la guardería o por ejemplo en la celebración de reuniones familiares, a continuación les sugerimos algunas tácticas para resolver este problema.
- Supervise y observe constantemente al niño para que logre establecer que es exactamente lo que le impulsa a morder y de paso pueda actuar a tiempo para evitarlo.
- Si se trata de un niño menor de 2 años una vez muerda dile que “no” y apártalo de quienes le rodean para que se dé cuenta de que hizo algo malo, a partir de los 2 años ya puedes explicarle que morder causa dolor y que si continua haciéndolo no tendrá con quien jugar.
- Si le castigas con agresividad, pegándole en la boca e incluso devolviéndole el mordisco solo vas a reforzar su conducta.
- A la hora de darle sus alimentos aprovecha para aclararle que solo puede morder estos productos porque si muerde a las personas va hacerles mucho daño.
- Debes invitarlo más no obligarlo a disculparse con el niño o adulto que mordió.
- Con algún tipo de estímulo elogia aquellos momentos en los que juegue o se relacione sin morder.
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