Cuando estamos esperando a nuestro bebé (sobretodo las mamás primerizas), no podemos contener la emoción cada vez que vemos una hermosa prenda que podría usar nuestro bebé una vez nacido,.
Sin embargo, cometemos el error de adquirir muchas prendas que finalmente, nuestro bebé no usará porque son poco prácticas de usar o que será también difícil que use porque crecen muy rápido.
Es a partir de los últimos meses, que nos emocionamos mucho con comprar tanta ropita hermosa que hay en el mercado, sin embargo, antes de ir a la tienda a comprar, te sugerimos lo siguiente:
1) No adquieras mucha ropa pequeña, solo la necesaria. Los primeros meses los bebés crecen muy rápido, por lo que necesitarás contar con ajuares de algodón dado que la piel de un bebé es muy delicada, evita los materiales sintéticos porque pueden producirle irritación,
2) Evita la ropita que se pone por la cabeza, prefiere con botones o pequeños broches, que son más fáciles de usar. Los bebés sufren mucho cuando se le quiere poner la ropa por su cabecita. Un bebé recién nacido va a necesitar ser cambiado varias veces al día, incluso se tiene que cambiar su pañalito cada tres 3 a 4 horas (depende de sus deposiciones), por lo que una ropa cómoda es fundamental.
Los enterizos como pijamas son preferibles para los bebés ya que los mantienen abrigaditos pero al mismo tiempo, son fáciles de usar para vestir al bebé.
3) Compra ropita que se adapte al clima donde nacerá tu bebé, si el bebé nace en pleno verano, no lo vas a abrigar demasiado con dos chompas y medias muy gruesas que lo terminen sofocando. Aplica el criterio.
4) No compres ropa muy chiquita, preferible son tallas más grandecitas pero que le quedarán más cómodas a tu bebé que sufrir para vestirlo posteriormente.
5) Compra bodys o enterizos de algodón que protegerán la pancita de tu bebé y son fáciles de poner y sacar ya que se abrochan debajo del pañal.
6) Antes que el bebé use la ropa, es recomendable lavarla con detergente para bebé y dejarla muy bien planchada, dado que puede venir con químicos de fábrica o puede haberse ensuciado en el mismo proceso de empaquetado. Recuerda que la piel de un bebé es muy delicada.
7) Pide consejo a otras mamitas. Siempre estará tu mamá, hermanas, primas o amigas que tienen la experiencia de ser mamás y te pueden aconsejar. Cuando una es mamá primeriza, el mundo se nos puede venir encima, pero lo ideal es pedir consejo a aquellas personas que ya han pasado lo que nosotras estamos recién viviendo.