Ante la agenda tan recargada de los miembros de la familia, donde la familia tradicional como tal ha cambiado, tanto padre y madre trabajan y el cuidado de los hijos es a cargo o de familiares directos o de personal especializado. Por ello, en este tipo de situación, se hace prioritario buscar mecanismos para que la familia comparta más tiempo, enfatizando más en la “calidad” que en la “cantidad de tiempo”.
Como todos estamos muy ocupados, el tiempo que pasamos con nuestros seres queridos debe ayudarnos a reforzar los lazos que tenemos con ellos.
Si después de un día de arduo trabajo, escuela, universidad, etc, debe ser un espacio para cenar juntos y compartir pequeños momentos, preguntando qué ha sucedido durante el día.
Intenta que este espacio de la cena se constituya más que en un momento de alimentación, en un espacio para intercambiar ideas, comentar vivencias.
No importa si tus hijos son pequeños, adolescentes o universitarios, intenta interactuar con ellos por lo menos en una hora y que la televisión y los smartphones en ese momento se apaguen, será difícil para ellos, pero poco a poco tienen que ir entendiendo la importancia de compartir momentos con sus seres queridos.
Los cambios no serán de un día a otro, serán progresivos, intente acercarse a sus hijos, conocer sus pareceres. Un viaje un fin de semana juntos ayuda a afianzar los lazos, o quizás un simple paseo por el parque paseando a la mascota, lo que vale es el momento de calidad que pases con los que más amas.