Saltar al contenido

COMPORTAMIENTO TEMEROSO EN PERROS

junio 1, 2020

Si en lugar de
alegrarse, jugar o realizar otras actividades, en compañía de un canino, y
simplemente coloca su cola entre las patas y su orejas hacia atrás: es probable
que este perro sufra de fobias sociales.

Es preciso que el dueño de la mascota, o directamente una
persona especializada, vea su conducta: está indicando que su condición no es
de alegría, sino miedo, ansiedad y estrés.


Hablar con un
profesional es vital para encontrar la causa a esta condición e intentar
combatirla, porque el miedo es un mecanismo de defensa.



¿Cuáles es el comportamiento general de los canes? 


Los caninos son uno de
los tantos animales sociales. A la mayoría le encanta jugar, saltar y
divertirse con sus más allegados. Sin embargo, cuando muestran signos de
tensión, miedo u otros sentimientos negativos frente a las cosas, personas y
animales desconocidos, es signo de un trauma pasado. Esta desconfianza es
peligrosa, no solo para él, sino para su dueño.


Si el canino es de
aquellos que gruñen cuando se acerca otro perro, le rehúye, se encoje o lo mira
desafiantemente; lo más probable es que le esté transmitiendo el siguiente
mensaje: “Aléjate de mi, no te acerques. Desconfío de tus intenciones.”


Un perro con ansiedad
social es muy frustrante. Limita muchas acciones que, por lo general, una
persona desea disfrutar con su mascota. Este mecanismo de defensa aparece
cuando se expone a una situación que considere “peligrosa” o “negativa” para su
salud y bienestar mental.


Lo más importante, en
este punto, es saber cómo tratar o
convivir junto a un perro
que desarrolle estos temores. Los especialistas
indican que se deben identificar en la primeras etapas de vida: tratarlos para
evitar que se conviertan en fobias capaces de atormentar a los dueños o impedir
que se relacionen abiertamente.

perros temerosos




¿Por qué los perros se comportan temerosamente con desconocidos? 


Por lo general, los
perros que tienen miedo a lo desconocido tienen bases sólidas para justificar
su comportamiento. No obstante, el dueño es el responsable de hacer que este
miedo desaparezca, y, por tanto, se deben comprender las siguientes pautas:


Temor a las personas por educación mal cuidada: en muchas ocasiones se data que los
principales temores de los perros radican en el accionar humano. Es
recomendable, cuando un perro está en posición de alerta o a la defensiva,
adoptar una posición neutra. Debemos apartar al animal de aquello que le provoca
temor, pero sin exagerar la situación o alterarse.


Cuando la causa del
temor proviene de los humanos se requerirá mucha paciencia para sobrellevar la
carga emocional y un especialista.


Malas experiencias:
todo tipo de experiencias del pasado construyen el comportamiento y futuro del
canino. Si son positivas, puede suponer un gran logro; si son negativas, todo
lo contrario.


Lo más aconsejable es
acostumbrarlo a un nuevo ambiente, donde el peligro relacionado a su mal
recuerdo no pueda “alcanzarlo,” poco a poco sentirá respecto por su entorno y
los seres que le rodean.


Esto es muy usual en
los perros adoptados: no todas las
familias le dan el debido cariño a los caninos, o, por el contrario, jamás
tuvieron una familia. Procura analizar a fondo el comportamiento y pasado del
perro, conocer qué vivió es la mejor forma de entenderlo.


Falta de
socialización: es muy usual que un perro, acostumbrado a estar solo durante las
primeras etapas de su vida u obligado a relacionarse con un grupo selecto,
tenga problemas para comportarse frente a extraños.


Esta corrección es
difícil de superar en la etapa adulta de los perros, sin embargo, proveyendo el
tiempo, esfuerzo y el apoyo de un etólogo o educador canino profesional, este
adquirirá mayor capacidad para adaptarse a nuevas experiencias.