En el devenir del día a día, muchas personas, al vivir en un mundo caracterizado por el materialismo y consumismo, comienzan a descuidar una parte muy importante para si mismos, que está referida a la parte emocional, mental y espiritual.
Muy pocas personas están en sintonía con su salud espiritual, y esto influye mucho en la persona, dado que tiene un efecto significativo en el bienestar general de la mente y el cuerpo. La espiritualidad es única para cada individuo.
Se puede ser una creyente, ser afines a las religiones tradicionales como el cristianismo, tener afinidad al hinduismo, al budismo, los símbolos budistas y su significado, por ejemplo. También podría manifestarse en el nivel de crecimiento que uno experimenta en las relaciones personales, o simplemente estando en paz con la naturaleza.
Cuando una persona no está en contacto con sus necesidades espirituales, generalmente experimenta tristeza profunda, depresión, miedo, ansiedad y dolor, ya que prestar la suficiente atención a este tipo de necesidades, ayuda a que se tenga una especie de respaldo o consuelo ante cualquier acontecimiento que esté fuera de su control.
Tener un corazón afligido, que carga el dolor de acontecimientos pasados, dificultades de la vida y acontecimientos traumatizantes, influye en el bienestar o calidad de vida de la persona. Un corazón afligido influye en el bienestar y calidad de vida. Negar aquella voz interior o la profundidad de la angustia, solo agravara la situación que incluso, podría afectar su estabilidad física y emocional, conllevando a problemas graves de salud.
Estudios recientes han demostrado que existe una conexión entre la depresión y la ansiedad, con el desarrollo de enfermedades cardíacas. Incluso, son factores de riesgo para el colesterol alto y la diabetes. Según la investigación, los pacientes que pasan por la depresión tienen el doble de probabilidades de morir por las complicaciones de un ataque cardíaco, en comparación con las personas que no tienen depresión. Algunos expertos incluso sugieren que la depresión y la ansiedad deberían clasificarse como nuevos factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades del corazón.
Las personas que están solas y sin amigos tienden a ser más enfermizas, con mayores posibilidades de desarrollar enfermedades del corazón y una esperanza de vida más corta, que las personas que cuentan con un amplio círculo de amigos y otras relaciones que brindan apoyo emocional y moral. La soledad influye en el desarrollo de enfermedades y estas se pueden agravar cuando la persona no cree absolutamente en nada, porque no tiene ninguna posibilidad o posible fuente de esperanza ante los problemas que se puedan presentar en el día a día. .
Por ello, es importante prestar atención no solo a los aspectos exteriores o que rigen el mundo del día a día. El bienestar espiritual es descubrir un sentido de significado en tu vida y vivir la razón y el propósito de tu existencia.