A los chicos les apasiona su deporte, el jugar en un equipo y engranarse como un todo los hace fuertes, les enseña valores como: la solidaridad, el compañerismo, la armonía y el respeto mutuo. Jugar juntos les llena de orgullo y los hace responsables.
Cada compromiso significa una potencial victoria, perder un partido o varios puede bajarles mucho la moral, sobre todo el hecho de que eso les cueste avanzar en un torneo, tener un futuro mejor al ser un equipo competitivo y donde figure el desempeño de cada uno.
Qué hacer cuando se pierde un juego
El equipo tiene que seguir animado, fortaleciéndose, hay que aupar a los chicos para que continúen en su esfuerzo por hacer un mejor juego, por acoplarse aún más como equipo y aprender a ensayar jugadas, tácticas y desarrollar aptitudes físicas.
Mantener la moral del equipo no es sencillo, menos aun cuando se experimenta el revés consecutivo o se sufre una derrota de esas aplastantes que puede dejar cabizbajo al más guapo del certamen. En tal caso, lo mejor es reunir al equipo y citar los mejores momentos del juego, destacar esas jugadas importantes, las extraordinarias, las de rutina y los logros de cada uno, en lugar de hacer hincapié en el resultado, comenzar a mentalizar al grupo para un próximo compromiso y lo más importante, que los chicos tengan una motivación como jugadores, por parte de sus entrenadores, seguidores y representantes
Respetarse entre rivales
El hecho de haber ganado un partido o hasta el campeonato mismo, no implica que como equipo vamos a irrespetar a los contrincantes, ellos también jugaron, se prepararon y dieron su esfuerzo, que fuimos mejores, sí, pero no podemos permitir que ningún miembro de nuestro grupo, equipo o franquicia, caiga en ese tipo de manifestaciones.
El público es público y la fanaticada es aparte del equipo, pero ese respeto hacia el rival, hará que merezcamos lo mismo si llegamos a perder y eso contribuirá a superar la derrota. Esta recomendación es válida para grandes y jóvenes en el deporte.