Dormir es una de las actividades en que mejor se desenvuelven los bebés. Los bebés necesitan dormir para su correcto desarrollo físico y psicológico, los recién nacidos duermen casi todo el día, despertando solo cuando tienen hambre, para una vez que son alimentados volver a dormir felizmente.
A medida que el bebé va creciendo van disminuyendo sus horas de sueño, sin embargo siguen siendo bastantes horas las que se dedica a dormir.
Se considera que el sueño es de suma importancia para el crecimiento y desarrollo del bebé, ya que mientras duerme se recupera de la actividad del día, recobra fuerzas, y asimila el mundo que le rodea, que poco a poco va conociendo mejor. Además de esto, su importancia radica en que durante el sueño es cuando la hipófisis segrega mayor cantidad de hormona de crecimiento (aproximadamente 80%), interviniendo en el crecimiento de sus órganos y maduración de su sistema nervioso. Otro beneficio del sueño en el bebé es que estimula el desarrollo psicológico mejorando la memoria y capacidades mentales. Durante el sueño disminuyen las presiones sanguíneas del organismo, permitiendo que el bebé se encuentre relajado y libre de estrés.
Las horas de sueño pueden ser desordenadas sino se establece una rutina para dormir en la noche. A medida que el bebé crece, es responsabilidad de los padres ir acostumbrándolo a dormir en ciertas horas y bajo ciertas circunstancias. Se recomienda:
Crear un ambiente relajado y tranquilo, sin ruido o con música suave y luces bajas, y a una temperatura adecuada que permita que el bebé duerma en calma.
- Establecer una rutina nocturna para dormir que incluya la lectura de un cuento o cantarle una canción de cuna; cualquier actividad que represente un estímulo que pueda asociar con la hora de dormir.
- Se puede crear rutinas agradables para que el bebé se relaje y se duerma tranquilo, tales como, un baño tibio, un masaje, entre otros.
- Evitar la TV o actividad excesiva antes de acostarlo a dormir, si está excitado va a querer seguir jugando y será muy difícil que se duerma.
- Es de suma importancia que el bebé no duerma en la misma cama de los padres, representa un peligro muy grande, ya que estos pueden golpearlo e incluso aplastarlo mientras duermen. Además de esto no le dan su propio espacio para dormir, lo ideal es que duerma en su propia cuna. Sin embargo, en caso los padres prefieran esta opción, se recomienda adquirir las cunas «colecho» adaptadas para que los bebes duerman en el mismo cuarto de los padres.
- Las siestas durante el día son de igual importancia que el sueño nocturno. No deben durar más de dos horas, es importante que no se acostumbren a dormir con la luz del día y el ruido habitual de la casa.
- Lo ideal es que el bebé duerma cada vez que lo necesite, contrario a lo pensado por muchas mamás, mantenerlo despierto y ocupado para que se canse y duerma toda la noche es un grave error. Mientras más cansado esté, peor dormirá, y despertará cansado e irritable.
- Durante el día también se debe establecer una rutina, pero esta será para que el bebé sepa cuáles son los momentos en los que debe permanecer despierto; la hora de comer, de jugar, del baño, un paseo, actividades para las cuales no es necesario disminuir los estímulos luminosos ni sonoros, ya que serán característicos de las “actividades del día”. Es importante hablarle y explicarle que estas son las horas en las que debe estar despierto, de este modo se refuerza su habilidad social y su capacidad de entendimiento, y además se acostumbra a la rutina.
- No todos los bebés son iguales, a algunos les cuesta más que a otros acostumbrarse a una rutina de sueño, lo ideal es que como padres vayan experimentando y buscando cual es la rutina ideal para el bebé. Una vez descubierta, hay que establecerla y enseñarle al bebé a respetarla. Con mucha paciencia y amor, el aprendizaje será algo divertido y una experiencia familiar hermosa.