Los niños necesitan tener un tiempo libre para jugar a fin asimilen lo aprendido a lo largo del año lectivo. Además, esto aumenta su disposición para aprender nueva información.
Dormir hasta más tarde, hacer paseos diferentes, divertirse con un montón de juegos, son las mejores cosas de las vacaciones. Pero, además del descanso y la diversión, este periodo puede ser muy beneficioso para el desenvolvimiento social, emocional y cognitivo del niño.
Estudios realizados sobre la rutina de los niños en las escuelas, llegaron a la conclusión de que debería haber un intervalo mayor de descanso entre un año escolar y el otro, ya que los pequeños descansos entre las clases y las vacaciones, son esenciales para preparar al niño a fin adquiera nuevos conocimientos, dejando a este más dispuesto para el aprendizaje y la vuelta a la escuela.
De acuerdo con las investigaciones, el intervalo de descanso mejora la concentración para el próximo año. Las vacaciones ayudan a que los niños asimilen mejor los contenidos impartidos en el colegio. Contar con un buen descanso, facilita que la mayor parte de la información aprendida a lo largo de un año quede más clara para el niño.
Durante las vacaciones, los niños organizan todo lo que aprendieron en la escuela, por lo que regresan mucho más maduros luego de un merecido descanso. Aquel niño tímido, comienza a hablar con más fluidez, y aquel que tuvo dificultad en las matemáticas, viene más dispuesto para aprender esa materia. Es decir, las vacaciones también ayudan al desenvolvimiento del niño, y esto hace que él consiga concentrarse y aprender más.
Mucha información.
El responsable de esto es el subconsciente. Gran parte de lo que sucede con los adultos, el subconsciente de los niños lo absorbe como una verdadera esponja, ingiriendo la información que escucha y vive. Es dentro de ellos que las cosas se van elaborando y las piezas uniendo. Pero para que esto suceda, su cabeza precisa de tiempo y de descanso.
Según los pediatras, los niños reciben dos tipos de información en su día a día: la que proviene de su clase y de las otras actividades que realiza el niño a lo largo del día.
Los niños reciben información que ellos no consiguen poner en práctica si no tienen tiempo libre para pensar, por ello, las vacaciones son el momento ideal. El juego libre, sin un horario, es muy importante y altamente estimulante. Aquí es donde el niño consigue crear, aplicar el conocimiento y extrapolar lo que está aprendiendo en la escuela sin un compromiso o presión.
Cuando los niños no están de vacaciones, es muy importante que ellos dediquen parte de su día al descanso mental y a los juegos, a fin despejen su pensamiento. Escuela, inglés, fútbol… una agenda llena de actividades en el día puede sobrecargar y llevar al niño al estrés. Además de esto, es importante que los padres pregunten a sus hijos sobre lo que ellos realmente quieran hacer.
Vacaciones sólo para los niños.
Puede tener certeza que las mejores vacaciones para sus hijos son aquellas en las que usted está junto a ellos. Pero, si usted no consigue que coincidan sus vacaciones con las de sus hijos y sucede que tenga que volver al trabajo semanas antes de que comience las clases, debe saber que si los niños se quedan a descansar en casa, también le será provechoso.
Trate que su hijo haga cosas diversas y no solo vea juegos de video y televisión durante el día. Lo ideal es que su hijo diversifique las actividades, que puede ser la lectura de un libro, una película de cine o un paseo en el parque.
También existen talleres de verano donde los más pequeños podrán pasar momentos gratos y de gran diversión. Busca opciones adecuadas para que pasen su tiempo libre.